Un bello crimen
La gente comienza a darse cuenta que en la formación de un bello crimen toman parte algo más que dos imbéciles, uno que asesina y otro que es asesinado, un cuchillo, una bolsa y una callejuela oscura. Un designio, señores, la unión de las figuras, luz y sombra, poesía, sentimiento, se creen indispensables ahora para asuntos de esta naturaleza.
El asesinato como una de las bellas artes.
Thomas de Quincey.
Ariel universal,1975.
0 comentarios