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Julio Olaciregui

Personajes:

Muchos no se pueden nombrar aquí porque se desvanecen en torcidos movimientos al contacto con la brisa o el papel. Otros fueron tan luminosos que hoy son la frescura de estas noches, el silencio de la mente, la tranquilidad de las aguas, la ilusión de los por nacer.

Moribundo:

De noche los maniquiés se apoderan de las calles. Sonríen torvamente a los hombres del aseo que abandonan los camiones amarillos sobre las calles húmedas. Se miran en silencio. Cuajadas las cejas encima d elas grnades, muertas pupilas blancas mientras extienden sus manos rosadas y perfectas al neón que, con una precisión milimétrica, hace un zig-zag dorado sobre los uniformes, manchando las camisas d elos transeúntes.

Caminando por entre ellos, a aquella hora, se pueden ver pubis endurecidos, caras agrietadas, pelucas verdes, carcajadas detenidas, sobacos húmedos y gestos en el aire. Como si todo fuese a estallar después, a incendiarse.

Vestido de bestia.

Instituo Colombiano De Cultura, Bogotá, 1980.

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